Hace unas semanas, hable con recursos humanos de "un tema personal de vital importancia".
Hace unos días, recursos humanos me dijo que hablara con el jefe de mi jefe, que es un señor que maltrata el suelo que pisa, y creo que está sordo. Nadie hablaría tan alto sin estarlo.
Bien, pues le dije a este señor que le quería comentar "un tema personal de vital importancia". Me dijo que en un rato, que estaba ocupadísimo, o eso me pareción que decía con un gesto de manos de esos que comienzan por los hombros.
Se dio la vuelta, cogió la sección rosa del periódico, supongo que la de economía, y se fue a cagar.
No me sentí especialmente alagada la verdad.
Sabía que esta oficina era un agujero negro, pero todo está empezando a ser demasiado literal ...
martes, 14 de diciembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
rebeca
Pensaba en todo lo que podía hacer si no hiciera lo que iba a hacer.Y en lo bueno que estaba el tinto de verano.Pensaba en muchas cosas. No pensaba en ninguna.
Me quedaban 10 minutos antes de marcharme, y quería cambiarme de camiseta, maquillarme, no maquillarme, ver la tele, escuchar música y echarme una partida.
Me quedaban siete minutos para tener que irme y quería echar una partida, maquillarme, cambiarme de ropa, leer, hacer ejercicio, y cambiar las listas de mi ipod, aunque no me lo fuera a llevar esa noche.
No sabía cuánto tiempo me quedaba y quería averiguarlo, así que busqué mi móvil para mirar la hora. No la miré, eché una partida mientras intentaba cagar, y dejé el móvil junto a las toallas.
No lo sabía, pero me quedaban tres minutos, que gasté buscando el móvil mientras pensaba que debería encontrarlo. Que gusto miserable ... saber lo que hacer porque te has cerrado todas las puertas paseando como un pollo sin cabeza por el círculo de arriba que separa horas de minutos de un reloj digital.
Tenía ganas de ir a la fiesta porque había tenido ganas de ir a la fiesta. Algo se fue desencajando por el camino.
Una fiesta muy chula. Hace horas que no sé donde estoy.
Me quedaban 10 minutos antes de marcharme, y quería cambiarme de camiseta, maquillarme, no maquillarme, ver la tele, escuchar música y echarme una partida.
Me quedaban siete minutos para tener que irme y quería echar una partida, maquillarme, cambiarme de ropa, leer, hacer ejercicio, y cambiar las listas de mi ipod, aunque no me lo fuera a llevar esa noche.
No sabía cuánto tiempo me quedaba y quería averiguarlo, así que busqué mi móvil para mirar la hora. No la miré, eché una partida mientras intentaba cagar, y dejé el móvil junto a las toallas.
No lo sabía, pero me quedaban tres minutos, que gasté buscando el móvil mientras pensaba que debería encontrarlo. Que gusto miserable ... saber lo que hacer porque te has cerrado todas las puertas paseando como un pollo sin cabeza por el círculo de arriba que separa horas de minutos de un reloj digital.
Tenía ganas de ir a la fiesta porque había tenido ganas de ir a la fiesta. Algo se fue desencajando por el camino.
Una fiesta muy chula. Hace horas que no sé donde estoy.
martes, 20 de julio de 2010
ta chan
Esto no pasa muchas veces! Decir que vas a hacer algo dentro de año y medio, y hacerlo pasado año y medio. El viernes empieza el viaje. Es miércoles.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)